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                                   Justificación del problema

                                             Por DALM

 

La desigualdad de género es un problema en el Perú, cuyas consecuencias afectan principalmente a las mujeres y a personas LGTBI. Su causa principal es el machismo que presenta el Perú y cuenta con la aceptación pública en diversas zonas del país. El machismo es la creencia que considera a la mujer inferior  al hombre. Cabe resaltar que esta corriente es transmitida en los colegios, familias y otros medios más que hacen que sea difícil de erradicar. Si bien existen numerosos grupos que se oponen al machismo, su presencia sigue en la sociedad mediante diferentes formas: una de ellas es la discriminación de género. Por ello, estamos en contra de esta situación, ya que no permite el desarrollo personal de la mujer.

 

La discriminación a la mujer es una forma de violencia y puede ser de distintas formas: física, laboral, familiar, sexual, publicidad, emocional, etcétera. Estas formas de violencia evitan que pueda tener igual de oportunidades que los hombres y están presentes en la vida cotidiana. Por ello, la discriminación hacia la mujer afecta su desarrollo y oportunidades. Debido a esto nosotras estamos en desacuerdo con la discriminación hacia la mujer.

 

En el ámbito educativo, podemos observar mayor discriminación hacia las mujeres, ya que, vemos que en las escuelas se fomenta el machismo. Por lo que a esto se refiere al daño físico, sexual y psicológico que ocurren hacia las mujeres en los diferentes ambientes de una escuela. Cuando hablamos de violencia hacia las mujeres y niñas en  este ámbito, se crea la “Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia”. Por ejemplo en las escuelas, mayormente, vemos que las mujeres son ignoradas al momento de realizar actividades específicas o al ser dadas de baja por estar embarazadas. Otra forma de violencia es de manera simbólica; es decir, en los libros de textos se muestra a la mujer desempeñando papeles femeninos, mientras que a los hombres como creadores de la historia de la humanidad. Desde mi punto de vista, donde se ve mayor discriminación es en las provincias del Perú. Por ejemplo, en Ayacucho, vemos que existe mayor desigualdad, debido a que desde pequeños les enseñan que el hombre es el que manda en la relación, y que las mujeres solo deben cuidar a los hijos. Por lo tanto, debemos mandar apoyo a las provincias, llevando a cabo capacitaciones, charlas sobre la igualdad de género para que los pobladores se puedan informar y disminuya la discriminación.

 

Por otro lado, en el ámbito familiar, la principal causa de la discriminación de género es la tradición machista que aún persiste, pues, en pleno siglo XXI, se sigue manteniendo la idea de que el hombre es superior a la mujer; esto se puede evidenciar en Afganistán, donde la identidad de la mujer se reduce a ‘la hija de’ o ‘la esposa de’; y, en India, los maridos son tratados como dioses. No obstante, existen estereotipos impregnados en nuestra cultura que son difíciles de cambiar en algunas personas, como, por ejemplo, “las mujeres a la cocina”, “todas las mujeres conducen mal”, “el rosado para la mujer y el azul para el hombre”, “todas son delicadas”, etc. Asimismo, se limita el rol de la mujer a lo doméstico; es por ello que, en la actualidad, se busca ejercer la igualdad de género para convivir en una sociedad imparcial, donde todos gocen de los mismos derechos, deberes y oportunidades.

 

En el ámbito sexual, la discriminación hacia la mujer es el que está más presente en el Perú; esto se debe al machismo  imperante, el cual tendrá que ser desnaturalizado de nuestra sociedad, día a día, si deseamos que esta problemática acabe. Este problema se presenta en el acoso callejero, el cual, según el Instituto de Opinión de la Universidad Católica (PUCP), “9 de cada 10 limeñas de entre 18 y 29 años aseguraron haber sufrido de acoso en la vía pública”. Otro ejemplo, el cual está relacionado con el anterior, son los casos de violencia o abusos a las mujeres, cuyas cifras han aumentado drásticamente en los últimos años en el Perú.   Por último, el problema más normalizado, el cual un gran porcentaje de nosotros puede no ser consciente, es la sexualización del cuerpo de la mujer; este tiende a asociarse con prácticas provocativas o sexuales. Esta sexualización va más allá del simple machismo, desde la antigüedad artistas y escultores tendían a exagerar las curvas de las mujeres, haciéndolas más voluptuosas e irreales; esto también está vigente hoy en día en las revistas de moda o programas de televisión, los cuales tratan de vender una imagen extremadamente objetivizada y casi irreal del cuerpo de la mujer.

 

Otro medio donde existe discriminación hacia la mujer es la publicidad y medios de comunicación. Esta es mayormente sexista y fomenta los estereotipos. En una entrevista realizada por el periódico “La opinión Coruña" a la psicóloga Concepción Rodríguez dice que los anuncios colocan a la mujer en roles idealizados, como de ama de casa, sexo débil, etcétera. Un ejemplo de ello son los juguetes  para niñas que están relacionadas a la maternidad y a la cocina. Así se marcan diferencias entre los hombres y mujeres, y asignando roles mediante los juegos. Otro ejemplo son los colores utilizados para promocionar productos, donde el rosado es para mujeres y el azul para hombres (laopinioncoruna 2017).

 

En conclusión, la discriminación a la mujer se encuentra en diversos ámbitos como el trabajo, la publicidad, etc. Esto evita que puedan tener mejores oportunidades y se perpetúan los estereotipos sexistas. De esta manera, las mujeres no pueden desarrollarse de la misma manera que los hombres. A consecuencia de esto, nosotras escogimos esta problemática en la cual estamos en total desacuerdo porque es preocupante que la cultura machista siga prevaleciendo en la sociedad. Por ello, el objetivo de investigar esta problemática es poder analizar con mayor profundidad el tema para así poder plantear soluciones.

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Rebeka Zebrekos, una periodista y presentadora de deportes, denunció públicamente que TV Azteca la despidió por discriminación de género
al “no acceder a ridículas y machistas exigencias”.

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