La discriminación se genera cuando un grupo de individuos cree que es superior a otros. Esto ocurre por distintos motivos, como estereotipos, prejuicios, sexismo, etc. La discriminación de género en el Perú ocurre por el pensamiento machista. Debido a ello las mujeres son excluidas en distintos ambientes como el trabajo, educación, familia, etc. Esto es un problema grave en el país porque según la INEI, el 55% de mujeres del Perú ha sufrido de algún tipo de discriminación durante su vida.

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No obstante, este problema lo sufren muchos países de América Latina como Uruguay, Ecuador, Brasil, etc. Esto se debe porque el machismo es un pensamiento muy fuerte en esta región. Según Daniela Brik, escritora del “Periódico Internacional”, el 60% de mujeres en Ecuador han sufrido de algún tipo de violencia (Brik, 2017). Sin embargo, un grupo de jóvenes ecuatorianos han encontrado una solución al problema. Para combatirlo, fundaron Cascos Rosas en mayo del 2010 con treinta y tres integrantes. Esta organización brinda talleres en las escuelas donde concientizan sobre la violencia de género.

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Por un lado, esta propuesta de solución es adecuada porque involucra a los hombres como protagonistas de esta lucha, ya que, generalmente, el género masculino actúa de manera violenta contra la mujer. Con ello, se quiere concientizar a los hombres de que agredir a una mujer es un delito y, a la mujer, enseñar que ante cualquier acto de violencia deben de tener el valor para denunciar. Además, permite generar espacios masculinos donde la equidad de género sea prioridad, ya que existen muy pocos grupos de hombres que luchen por el bienestar de las mujeres. También, permite una lucha conjunta donde hombres y mujeres exigen igualdad ante la ley para generar en el país un desarrollo sostenible. No obstante, algunos de los integrantes de Cascos Rosas mencionan que uno de los principales obstáculos de este proyecto son las críticas que reciben por tener ese ideal, pues manifiestan que sus amigos los han dejado de hablar, ya que piensan que son “mujeres chismosas”. A pesar de ello, consideran que este acto muestra cómo el machismo sigue latente en la sociedad y eso es motivo para seguir luchando con el objetivo de disminuir las tradiciones machistas.

Por otro lado, la ONU Mujeres (Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer) declara que la base para erradicar la violencia de género está en la educación igualitaria de la primera infancia. Así, el proyecto Cascos Rosas busca erradicar las diferencias de género desde la infancia, brindando talleres en centros educativos donde se les enseña a los niños qué comportamientos deben asumir frente a actos de violencia y discriminación contra la mujer. Es decir, se derriban roles de género estereotipados y hábitos sexistas; por ejemplo, el rol doméstico de la mujer, limitación a la hora de vestir, repartición parcial de responsabilidades, etc. Con ello, se procura formar niños sin el hábito machista tradicional para que en un futuro estos puedan brindarles la misma educación a sus hijos y así sucesivamente. También, realizan capacitaciones en sus respectivas provincias sobre la igualdad de género y, a los jóvenes menores de 20 años, se los invita a conformar parte de este proyecto como futuros capacitadores. En otras palabras, se busca descentralizar el proyecto para generar mayor convocatoria.

 

 

 

 

 

 

 

 

En el caso de Perú, este proyecto se puede autosustentar, es decir, no siempre dependerá del Estado ya que, una vez formado y consolidado, puede quedar a cargo de uno de los líderes de la agrupación y así seguir aumentando y convocando a más personas voluntarias, hasta lograr el objetivo. Y con respecto al financiamiento de las capacitaciones, la solución sería que los integrantes ya capacitados y con experiencia enseñen a los nuevos integrantes de Cascos Rosas.

En conclusión, la participación de hombres en el rubro de la enseñanza con el objetivo de concientizar a las generaciones más jóvenes sobre la igualdad de género, ayudaría a nuestra sociedad para que esta pueda conseguir un desarrollo sostenible en el cual todos posean las mismas oportunidades sin importar el género. La discriminación hacia las mujeres es un problema que afecta a la mayoría de países latinoamericanos, uno de estos es el Perú, el cual, debido al machismo imperante que posee, es un país propenso a sufrir este mal, puesto que es muy difícil que los individuos olviden acciones o ideas que les han sido inculcadas desde muy pequeños. No obstante, si deseamos resolver esta problemática y que nuestra nación no caiga en esta de nuevo, es necesario cambiar el pensamiento que se tiene sobre hombres y mujeres en nuestra sociedad y, asimismo, enseñar a las nuevas generaciones que estas ideas y acciones son erróneas.