​La discriminación de género hacia la mujer en el Perú es un problema que se debe resolver para lograr la igualdad de oportunidades y derechos en la sociedad, y, por ende, el pleno desarrollo de la mujer. Por ello, la solución analizada consiste en un proyecto llamado Cascos Rosas, fundado en mayo del 2010, por iniciativa de jóvenes ecuatorianos menores de 20 años, quienes en la actualidad combaten el machismo en su país. Su objetivo es generar un cambio en la problemática, por lo que considero que esta solución es adecuada en el Perú.

 

Por un lado, esta propuesta de solución es adecuada porque involucra a los hombres como protagonistas de esta lucha, ya que son ellos quienes actúan principalmente de manera violenta contra la mujer. Con ello, se quiere concientizar a los hombres de que agredir a una mujer es un delito y, a la mujer, enseñarle que ante cualquier acto de violencia deben de tener el valor para denunciar. Además, permite generar espacios masculinos donde la equidad de género sea prioridad, ya que existen muy pocos grupos de hombres que luchen por el bienestar de las mujeres. También, permite una lucha conjunta donde hombres y mujeres exigen igualdad ante la ley para generar en el país un desarrollo sostenible. No obstante, algunos de los integrantes de “Cascos Rosas” mencionan que uno de los principales obstáculos de este proyecto son las críticas que reciben por tener ese ideal, pues manifiestan que sus amigos los han dejado de hablar, ya que piensan que son “mujeres chismosas”. A pesar de ello, consideran que este acto muestra cómo el machismo sigue latente en la sociedad y eso es motivo para seguir luchando con el objetivo de disminuir las tradiciones machistas.

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Por otro lado, la ONU Mujeres (Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer) declara que la base para erradicar la violencia de género está en la educación igualitaria de la primera infancia. Así, el proyecto Cascos Rosas busca erradicar las diferencias de género desde la infancia, brindando talleres en centros educativos donde se les enseña a los niños qué comportamientos deben asumir frente a actos de violencia y discriminación contra la mujer. Es decir, se derriban roles de género estereotipados y hábitos sexistas; por ejemplo, el rol doméstico de la mujer, limitación a la hora de vestir, repartición parcial de responsabilidades, etc. Con ello, se procura formar niños sin el hábito machista tradicional para que en un futuro estos puedan brindarles la misma educación a sus hijos y así sucesivamente. También, realizan capacitaciones en sus respectivas provincias sobre la igualdad de género y a los jóvenes menores de 20 años se los invitan a conformar parte de este proyecto como futuros capacitadores. En otras palabras, se busca descentralizar el proyecto para generar mayor convocatoria.

En conclusión, la aplicación del proyecto ecuatoriano “Cascos Rosas” resulta efectivo en el Perú. El involucramiento de los hombres y la erradicación de las diferencias de género desde la infancia lograrán que en el Perú se tome conciencia sobre la equidad de género con el objetivo de disminuir los índices por discriminación de género hacia la mujer.